jueves, 21 de mayo de 2009

Tan tan


Esto que lees y ves, aquí merito da tope como blog hacia adelante en el tiempo de diario. Ya no hay futuro alguno para la Megademia que, afortunadamente, jamás lo tuvo en serio. Comenzó sofocada y sofocada queda en lo inmediato de esta ciudad de México.

Debido a ello, resulta útil ver las conductas subjetivas durante la cuarentena relativa. Formas de administrar y querer administrar la razón. Puesto que la locura real ya no escribe, realmente es la ausencia de obra por completo. De allí la apertura crítica para la gente calificada como loca y que produjo obra desde esa supuesta locura.

Visto con más calma y distancia, este documento -- EL CANARIO EN LA MINA DE CARBÓN -- resulta relegible en grado extremo, no nos queda otra que decirlo. Se deja leer y releer, completo, en cualquier dirección. Es un documento que deja ver lo que ocurre en la mente escritora cuando aparece una novedad efectiva en la vida cotidiana externa, desde esta ciudad y este nivel de internet. ¿Cómo escribe una blog una mente colectiva como ésta, estando al pendiente de las paranoias del actante calificado como M, que para des-escribir literatura convive del modo comunal ya expresado, medio como loco sin serlo?

Esta blog -- como diría don Severo Mirón en "Platícame un libro" -- es un mamotreto que lo mismo divierte y educa. Informa y hace reflexionar. Tira línea paranoide y genera crítica materialista, en un campo de acción del discurso voluntaria y voluntariosamente raro. Contracultural.

Además, todo el tiempo la estamos corrigiendo y aumentando. Nada más es cosa de darle una revisadita.

Lo que sigue en el futuro como parte del texto y del hiper-relato: caminará de aquí en adelante por la zona de los Comentarios, por el subsuelo como de serpientes y escaleras de estas entradas de blog. Una nueva reflexión, la que así continua, al mismo tiempo una acción de psicosemiótica, periodismo e historiografía relativa, documental indirecta, transversal. Meta-escritura... por alguien que sólo deseó ver nacer otra forma de escritura...

Colorín colorado...


Baja a verde
la alerta sanitaria
en el DF
por influenza

Pero la contaminación ambiental y alimentaria sigue más o menos como estaba desde 2006.
Ni hablar de la corrupción PeRDerista, los bejaranos y los batresitos siguen como si nada.
¿Qué hongo, por ejemplo, con Casitas del Sur?
Todo es el cuento de siempre:
Alí Baba López y sus cuarenta pelelitos.

martes, 19 de mayo de 2009

amanece...


...y me sucedió la cosa más rara. Ayer (hoy) salí pasada la medianoche a conseguir algo de tomar porque no tenía ni agua (de la llave, sí; pero turbia como champurrado, debido a reparaciones del organismo operador). Como Ixtapa está desolado, fruto de la influenza ó más bien del manejo mediático que se hizo de su aparición, tuve que cruzar el cerro hasta Zihuatanejo; sólo para recorrer calles igual de solitarias, casi fantasmagóricas. La tienda de la gasolinera estaba cerrada, así que me dirigí al centro, al "Cacahuate"; afuera, estacionados, encontré a varios amigos taxistas platicando animádamente. Como hacía tiempo que no los veía, me puse a charlar con ellos. Me comentaron que estaban por asistir a una reunión del gremio pues tenían planeado realizar un paro de labores a partir de la mañana. Seguimos conversando y de pronto todos se subieron a sus respectivas unidades. El movimiento fue tan rápido que cuando arrancaron yo todavía seguia sentado en un taxi con la puerta medio abierta. ¡Acompáñanos!, dijeron, y se comunicaban por radio. ¡No nos tardamos!. Mi carro se quedó muy serio frente a la cortina abierta de la miscelánea mientras yo me enfilaba junto con la caravana de autos blancos hacia el cerro de "La Madera". A mí algo se me hizo raro por que de reojo alcancé a ver que algunos taxistas cargaban bolsas de hielo y quién sabe qué tanto más. El caso es que como me lo imaginé, los carros subieron rumbo a "la Ropa" hasta llegar a una casona que había sido un restaurante y se estacionaron a lo largo de la carretera junto con ¡todos los demás taxis del municipio!

... El ambiente era de fiesta más que de reunión sindical; efectivamente estaban preparando una especie de ponche rojo en una enormes vidrieras y todo mundo tenía un vaso de plástico de a litro cargando en la mano. Poco a poco me fui enterando de que celebraban no se qué y que como no había nada que hacer decidieron juntarse en bola, nomás por que sí; en caliente y de repente. La gente estaba en la calle y a lo largo y ancho de la casona y de cada carro salían distintas canciones, la mayoría rancheras y cumbias; sin faltar las gruperas y alguna de la "época de oro" del rock en español.

Yo les dije que ya no bebía, pero entre broma y broma me fui tragando aquel brebaje. No alcancé a distinguir exactamente la mezcla, supongo que se trataba de Absolut Mandarina con Red Bull y algunos otros destilados que cada quién sacó de no sé dónde... Lo que sí sabía un poco raro eran los hielos; estaban muy chiquitos, como de granizado y tenían un sabor picosito. El caso es que de pronto entré en una especie de sopor, luego en cámara lenta, hasta que ¡pum!, caí...

Al despertar materialmente no pude moverme. Todavía era de noche y entonces recordé perfectamente algunas escenas sacadas de alguna película de L. Alcoriza en donde me veía a mí mismo como desde otra dimensión. De "La Ropa" habíamos ido hasta "El Hujal", todos en fila india. Llegamos a una casa en la parte alta, con una vista muy bonita y un kiosco con forma de palapa rodeado de una floresta. Yo caminé como zombi hasta unos sillones donde me apoltroné entre varias parejas que se acurrucaban cubiertas por delgadas mantas a mi alrrededor. Tenía la quijada trabada y escasamente podía hablar. Una de las chicas, que estaba cantando y tenía una voz grave, preguntaba que porqué yo no decía nada, que sí no me gustaba su voz; entonces otra chava, un poco mayor le explicaba que estaba yo "malito" y que necesitaba descansar. De pronto me agarró un frío cruzado y mi mandíbula comenzó a tiritar. La chava mayor, que estaba con uno de mis cuates, se acercó y me arropó con una manta suave y perfumada. Recuerdo que nuestras miradas se cruzaron y no alcanzé ni a darle las gracias. Luego volví a caer en un sueño intermitente, y como flashazos recuerdo ver a la gente conversando y moviéndose a mi alrrededor. Cuando desperté estaba solo. Caminé hacia la salida y para mi sorpresa me topé de frente con mi carro, muy formal y estacionado con su trompa mirando para la avenida. Pensé que era bueno tener amigos en el gremio. Tenté las llaves en mi pantalón y al momento de abrir la portezuela, alcancé a escuchar una voz que salía por la ventana de una habitación. Amanece, y está cantando...

RAÚL CASAMADRID

Nada nuevo hasta hoy

El regreso al gran bostezo
en medio
de la catástrofe tranquila


¿Qué cree, don Raúl? Hoy sale en todos los medios la gran idea del inepto Ebrard para salvar la imagen de nuestra ciudad sin ángel, porque es con ángela, la de la Columna de la Independencia. Ya invitó a Shakira y Bono para que vengan, con otras celebridades del espectáculo, a darse una vuelta para comer chanchito en Garibaldi y cantar y besar algún mariachi. Para apoyar a las víctimas de la Megademia: El Ebrardtón. ¡Galletitas y becotas para todos!

100% legítimo pelma

Así se anunció aquí mero, en esta misma blog: EL CANARIO EN LA MINA DE CARBÓN, cuando ese señor sin ángel ni duende y peinado tan cómico se hallaba de asueto mental como su jefe supremo: el presidente Felipe Calderón. Destruyendo a mazazos, y por efecto eco del lento Calderón, la vida restaurantera y hotelera de México, la vida de la industria sin chimeneas que mete más lana que Pemex a México y lo hace de modo no monopólico ni estatalista. Je je. Por lentos e ineptos, se dijo aquí desde antes de todo. Joy joy.

Tal es el marcador de la post-Megademia hoy día. Los políticos y los médicos continúan en babia. Y Dios que no existe nos coja confesados a quienes tenemos que seguir respirando el chapopote con agua que ahora llueve ya sobre la contaminada ciudad, donde más de 3 de cada 10 habitantes ya han padecido más de una diarrea entre el mes de abril y el momento presente. Pero todo mundo ve jodidos nada más a los indios mayas del sur y un poco a los de Oaxaca, porque los de Ciudad Juárez ya van que vuelan para la final de la liguilla del campeonato de clausura 2009.

Así es México.


Por eso, insistimos en la meta-literatura... Otro discurso, otro pensar.

En la siguiente entrada de esta blog: amanece...
--el nuevo relato de Raúl Casamadrid. Directo del Facebook a tu plato en este banquete de neurosis e histeria.

Más vale Otro Prólogo de Macedonio Fernández que una nueva nota informativa de Notimex.

domingo, 17 de mayo de 2009

Ayer nomás



Dan ganas de parodiar a Sartre, para decir que nunca fuimos tan libres como en medio de la Megademia. Pero no parece que fuera en realidad así. Fue realmente aburrido. Ver que no empeoraran los contagios ni cosa que se les pareciera. Tratar de entender desde el lugar de cada quien, confiando y desconfiando de los media y de la gente, porque no puede ser de otra manera.

Lo que si queda en el aire son el esmog y la intensificación de las medidas represivas disfrazadas de miedo a la Megademia. La imposición de la mirada encarcelante del hospital, la mirada del miedo pánico a la enfermedad, al contagio por culpa del invisible virus. Una cuestión más cerca del mal de la teología que de la higiene de la vida ciudadana acatual, al menos desde este orden sociocultural mexicano donde estamos, todavía en el centro del centro de todo: la ciudad de México.

Es lo que queda. Mejor literatura sin literatura en la parte más reciente de la blog; pero mejor información psicoanalítica en los inicios y la parte más antigua, cuando realmente estuvimos en medio de algo peligroso. Ahora ya todo es distanciarnos de esa situación anómala, de urgencia general; y tomar medidas contra la esperable respuesta o regreso o rebote del virus y la influenza, algo en realidad inevitable y que se puede esperar más o menos como el de los años anteriores. Porque es de suponer que habrá mayores cuidados e higiene, mayores medidas precautorias.

Lo grave en juego es la intensificación de la vigilancia sospechosa, sin sustento, porque sí, por fuerza de imponer y deshacer el Estado, la vigilancia que reduce nuestras libertades. Algo que debemos cuidar igual que el regreso de la epidemia.

Lo positivo posible es un mejoramiento del bienestar sustentable de la ciudad entera. Por necesidad de higiene, por obligación de actuar contra la Megamedia. Ya que cada día que no estalla el desastre calculado al principio de todo, vuelve más ejemplar y significativa la socialidad real de la gente que vivió este suste en México... ciudad... estado... país... idea...

Resistencia y contracultura son las palabras que conectan con este texto. Resistencia al olvido y la desinformación, resistencia a la ignorancia deseada y la servidumbre voluntaria, resistencia al sujeto individualista posesivo... y contracultura... otras ideas... otros códigos... otros acuerdos... que vuelvan factibles más libertades por acuerdo y conveniencia general. Como la libertad de expresión que aquí hemos ejercido de modo extremo desde el principio, para no dejar nada sin pensar ni decir, desde nuestra situación y condición.

sábado, 16 de mayo de 2009

viernes, 15 de mayo de 2009

Nuestro corresponsal / modelo ideal



A pelo, sin mascarilla y a calzón quitado.
Le entra a todo con enjundia.
Tiene compugrabadora multimedia integrada en los anteojos.
No hace apuestas.
Trama la trama y traca-tataca.

En un lugar de la Megademia


La ciudad de México. Que se considera el ombligo de la coneja de la luna. Es donde ocurre todo lo que se reporta en esta blog.


Una no/vela reportaje, tipo Norman Mailer o Camille Paglia. Y un reportaje bonzo no/velado, tipo Hunter S. Thompson o Patti Smith. No decimos Enrique Aguilar, porque se enoja.


Con el alma noble de don José Revueltas y las enseñanzas éticas del rockero Víctor Roura. A la luz de Rosario Castellanos y Amalia Fisher.


Come frutas y verduras
crudas
y segurito se te llenará
el aparato digestivo
con salmonella.





Rapidito como ella sola otra vez, como cuando el sida, la OMS = WHO, ya sentenció:

--El virus a/h1n1 no salió de un laboratorio. Punto.

Así de fácil "desmienten" al científico australiano de la nota de ayer.

Era de esperar.

Tienen toda la razón. Dicen la verdad. Pero no toda la verdad.

Éste virus concreto no salió de un laboratorio. No esta vez. Lo cual no le quita ser un arma de exterminio masivo. Esta vez, la mutación del virus de la influenza fue una "casualidad". Pero no es algo "natural" --insistimos. Tampoco es un error humano, no en esta caso.

Para darnos a entender, sería algo tan "natural" como el movimiento de las bolas en una carambola de billar.

Y el error ocurrió hace ya mucho tiempo, digamos que hará unos quince mil años, más o menos.

Esta "casualidad" es un giro evolutivo de un virus que tuvo que salir de algún laboratorio, por dar una fecha aproximada: durante los años setenta del siglo pasado. Desde entonces debe andar suelto por el mundo, causando los estragos y sorpresas que hemos vivido, vivimos aún y viviremos por un largo rato. De un choque de lo humano con su entorno material inmediato.

Así es mejor pensarlo. No es algo natural, es más bien artificial. Pero desde hace tiempo acciona por su cuenta, movido y activado por la suerte, sin que nadie humano lo controle ni lo pueda controlar bien. Aunque ello no significa que en algún caso alguien decida usar virus de este tipo como arma de exterminio.

Que así quede todo. Por ahora. Y así vamos bien.


jueves, 14 de mayo de 2009

Que no se olvide


Esto se publica hoy en La Crónica de Hoy, la fuente es Notimex:

Este miércoles el portavoz de la OMS, Gregory Hartl, anunció que el organismo investigará la posibilidad de que el brote del nuevo virus haya sido consecuencia de un 'error humano salido de un laboratorio'.

El científico australiano Adrian Gibbs, quien participó en el desarrollo del antiviral Tamiflu sostiene la teoría de que por las características del virus, se puede suponer que sería cultivado en huevos en un laboratorio.

La OMS ha manifestado que sus investigadores están explorando esta teoría.

martes, 12 de mayo de 2009

Anoche llovió



El clima es impredecible. Y los problemas de la ciudad no son de influenza por contagio de virus a/h1n1. Pero el esmog hoy anda revuelto con más humedad de la usual.

Falta más de un mes para el verano. ¿Cuándo llegará de fijo la estación de las lluvias sobre la ciudad? ¿Y con eso qué vendrá de nuevo?

lunes, 11 de mayo de 2009

María Zambrano: persona y democracia


Sociedad sacrificial --escribió la pensadora. Fácil resolver el sacrificio, difícil encarar el gozo, la aurora.

Y la democracia higiénica y paciente debe detener la cárcel sanitaria por paranoia servil.

Indaga y comunícate.

¿Ya se fijó alguien?


Gente estudiosa del tema desde el punto de vista de la narratología actual:

¿Ya vieron el paralelo de EL CANARIO EN LA MINA DE CARBÓN con EL DECAMERÓN de Boccaccio?

Bien se puede afirmar que este texto es un Decamerón a seis manos con una sola voz. Pero una voz de canon vibrátil fluctuante que hace más de diez mil actuaciones desde cualquier tesitura humana; todo es cosa de escarbar con sistema Greimas en los enunciados, el relato da para más. Olvídense de Bajtin y los franceses como Ricoeur o Bordieu. De veras da para más. Porque aquí la ficción como distracción relajada es lo que más se quiere tener fuera; nada más se le emplea como fuente de ejemplos. Y para calmar los nervios a la hora del megasusto para quien se dio cuenta. Para dar lustre al reportaje. Nuevo periodismo de lo nuevo, en la línea de acción, o sea, donde el virus anda suelto y se vive como ciudad en Megademia. Un encierro con sentido como el del gran libro de los orígenes del Renacimiento italiano. Que haya que leer e interpretar con rigor crítico sin esperar recibir la noticia ya premasticada y en la boca. La megademia que ya pasó no lo autoriza ni recomienda.

Hay que escribir pesado.

Todo según la era y la epidemia de cada quien.

Hoy día la meta-literatura ya ha dado grandes avances en el ejercicio de la argumentación periodística. Llega ya afuera del esquema burgués de la literatura.

Si en el arte no hay desarrollo de las fuerzas productivas, cosa bien cierta y comprobada; en el reportaje sí lo hay, en tanto que la escritura de reportes directos de lo real es una herramienta social para el conocimiento crítico de lo social, aún en los casos más monologantes. Como tú comprenderás.

Por eso de que no decaiga la lectura.

Del noticiero de Lolita Ayala en el Canal de Las Estrellas

Sale el doctor Córdova y da la cifra oficial al momento:

--El 60% de las personas contagiadas son del sexo femenino.

Son mujeres.

¿No que no? Ellas son las que cuidan a los enfermos.

Da risa, por humor negro, ver un documental... En donde un montón de enfermeras y monjas que ya llevan viviendo con los enfermos apestados quién sabe cuántos días, cuidándolos, dándoles las medicinas y todo eso; le están explicando a la reportera y su equipo de entrevistas lo mucho que admiran y respetan al doctor quién sabe qué, que con todas sus ínfulas, va todos los días desde su casa a ver a los enfermitos para ver cómo siguen.

Parece que el empate, de haberlo, está en las defunciones. Que entonces ya no es exactamente un "empate", más bien es una cifra desequilibrante, pues manifiesta que tienden a ser más frágiles los cuerpos de sexo maculino, aquellos que los griegos de Sócrates veían como dueños de la areté. Se contagian menos que las mujeres; pero mueren igual que ellas, o sea, en relación a los organismos contagiados son "más" los machos que mueren. Tal vez, entonces, sea esto porque hay más machos solos por completo, que nadie los cuida.

El comercial de chelas de hoy




Recuerda: la Chorcha Chillys Willys es tu amiga del alma.

en El País de Hoy


A toro pasado, la directora del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana opina sobre la Megamedia y los media en México, nada del otro mundo pero confirma en breve lo dicho hasta aquí y deja ver que la UNAM sigue bien dormidita en sus laureles de muy ayer...



Cuando no hay suficientes muertos

GABRIELA WARKENTIN - Ciudad de México - 11/05/2009

Y ahora, ¿de qué hablamos?

No hay suficientes muertos, no hay escenas dramáticas de individuos colapsándose por las calles, no hay hordas desbordadas por las ciudades en busca de pan y de agua, no hay personas arrancándose unas a otras las mascarillas, no hay linchamientos, no hay carretillas con cadáveres apilados, no hay bombas ni artillería, no hay suficiente sangre. Lo que sí hay es un nuevo virus; una población entre asustada y escéptica; autoridades que, ¡oh, sorpresa!, asumen el control; la megalópolis que cierra y se encierra; algunas decenas de muertos y más de un millar de infectados; escuelas que bajan la cortina; unos cuantos mexicanos maltratados en un puñado de países; dos o tres declaraciones estridentes de dirigentes que están, o pretenden estar, enojados.

La nueva influenza que se desató primero y con un poco más de fuerza en México que en otros lugares, ha puesto en evidencia muchísimas fallas y virtudes de nuestro sistema. Y ha mostrado también que cuando hay que informar de y narrar sobre una crisis anticlimática, a los que nos dedicamos a la comunicación todavía nos queda mucho por aprender.

Comencemos por algún lado: en México se decreta situación de emergencia sanitaria a raíz de la multiplicación de casos de enfermedad (y algunas muertes) por el virus de una influenza llamada primero porcina, después humana y hoy A H1N1. Aunque diversos medios ya habían mencionado la existencia de personas infectadas con una nueva forma de influenza, fue hasta la noche del 23 de abril que el grueso de la población recibió el anuncio de suspensión de clases en una zona neurálgica del país, y la imposición de medidas sanitarias hasta entonces reservadas a otras geografías. A la postre se sucederían nuevos anuncios, hasta llegar a la solicitud, en cadena nacional, del Presidente a todos los mexicanos: quédense estos días en casa para evitar contagios o la propagación del virus. Se complica el reto: cuando un país se recoge, hay que ser muy creativo o hasta inventivo para tener algo que contar.

Los medios de comunicación en México (y de otros lugares del mundo), nos dejamos llevar primero por la sorpresa de la noticia, y las nuevas imágenes que esta producía. Después vino la sospecha y el escepticismo, y había que cazar a las autoridades: irregularidades en las cifras, ¿por qué hasta ahora?, ¿no estarán exagerando?, ¿no estarán ocultando algo más grave? Entonces pasamos al relato de la víctima: de uno de los primeros contagiados (un niño avispado, con buen manejo de medios) a la mujer no atendida, al empleado obligado a trabajar aun a pesar de las prohibiciones, al mexicano maltratado en China, al varado en Buenos Aires, a la familia estigmatizada por sus vecinos. Y se acentuó lo que -si nos lo permitiéramos nos daríamos cuenta- es una verdadera pesadilla informativa: porque en realidad no estaba pasando nada, pero los medios de comunicación ya habían extendido sus horarios de cobertura.

En un mundo acostumbrado a la información en tiempo real, al espectáculo, al drama invasivo, a la estridencia, a la cacería del sospechoso, al juicio mediático, un lapso de tiempo detenido, de gente recogida y de virus contenido es casi un hoyo negro.

Claro está que sí sucedían cosas, que el virus es real, como lo son los muertos, los enfermos, y las consecuencias funestas de todo esto en la economía y la vida de los afectados (incluido al país como tal). Pero en términos del espectáculo mediático, no había nada sustantivo con qué llenar las horas y horas de transmisión radiofónicas, los programas especiales de la televisión, los suplementos de los impresos. Cierto, los medios fueron útiles para no provocar pánico ni incitar a la desobediencia.

Pero al paso de los días, la imposibilidad de tratar la "nada" se hizo evidente en la reiteración informativa, la multiplicación de las historias victimistas, el auto-encumbramiento de algunos comunicadores como salvadores de los agraviados (antes de que nuestro Presidente nos proclamara salvadores de la humanidad). Los medios impresos, en sus versiones online, también sufrieron el encuentro con la "nada": la actualización minuto a minuto no arrojaba datos sustantivos, porque no los había. Será tal vez, parafraseando a Kundera, que la historia estaba en otra parte.

Aún hoy, cuando empieza a quedar un poco más clara la magnitud de la crisis, seguimos enganchados en la narrativa victimista y en el vicio de atrapar la declaración del funcionario para encabezar con eso la nota. Toca tal vez comenzar otra labor, la del reportero que sigue los hilos de la historia; la del periodista de investigación que es capaz de usar y cruzar bases de datos e interrogar la realidad más allá de su inmediata percepción; la del trabajo colaborativo, que debiera ser propio del periodismo de estas épocas enredadas y que permita contrastar hipótesis, compartir enfoques y completar mosaicos. Me temo, sin embargo, que se impondrá el hábito, voltearemos a ver el siguiente escándalo y nos sumiremos en las declaraciones, las víctimas y los verdugos en turno. Servirá todavía de escudo la convicción de que los lectores y la audiencia ahí siguen. Mientras sigan, claro está.

Algunos señalan ya que los verdaderos ganadores de esta complejidad comunicativa fueron las redes sociales y la dimensión dialogante de Internet. No lo sé, pero supongo que más que un tipo de medio, lo que termina ganando es un interesante equilibrio en donde la imposibilidad de los medios tradicionales por abordar esta nada tan peculiar, se remedia con la recuperación de las voces individuales, que dialogan en la Red y fuera de ella, para darle sentido a una historia que está más allá, o en otra parte .

Cuando no hay suficientes muertos para nuestra tradicional forma de narrar e informar, estamos obligados a ser capaces de encontrar otra.


domingo, 10 de mayo de 2009

Esta joyita se colgó sola de la coronita de esta blog

Llegó el Diez de Mayo



Y como que, al fin, ganó el cus-cús. Les dio meyo.

No hubo la bola de gente en la calle y los restaurantes de los años anteriores, se rompió un uso y costumbre. Por voluntad popular.

Nadie lo prohibió. No hay para qué. Nadie recomendó hacerlo o no hacerlo. Aunque el flujo de los media es por el pleno retorno a la normalidad, con corbata y con vida pública como tiene que ser, sin cuarentena por paranoia.

Pero les dio miedo a las grandes mayorías. La ignorancia galopa y la idea del fin del mundo según lo más negro de las religiones pega muy bien con pandemias y megademias y los cuatro jinetes del apocalipsis. Aumenta la venta de escapularios pero huyeron las pilas de agua bendita y nadie se da la mano ni se toca con el prójimo durante las misas.

Todo era cosa de hacer las reservaciones a tiempo, sacar la ropa, ahora sí que dominguera, y correr temprano a ocupar cada quien con su madre y sus madres el lugar que deje el GDF que haya en los restaurantes, porque como que sí le tiene más miedo el GDF a un virus como el que cerró el segundo restaurante del mundo, The Fat Duck del chef Heston Blumenthal, por cosa de quince días seguidos. Algo que se genera por el descuido en la calidad del agua potable y en la falta de limpieza del sistema de drenaje. No se diga más.

La gente parece que mejor optó por inventar que todo se reduce a una fiesta casera como la de la Rosca de Reyes, digamos. Para evitar que las santas madrecitas se contagien de algo indigno de mujeres de su altísima dignididad y sacralidad dentro del orden simbólico de los machos. Según los curas del Vaticano, la maternidad equivale al sacerdocio de los machos. Porque, les cuenten lo que les cuenten en la tele, la Auténtica Maternidad es una Cosa de Machos -- herencia y apellidos, semen y propiedad privada -- un asunto donde las mujeres no cuentan -- como ocurre ahora en el estado panista, cristero y egoísta de Guanajuato -- que como los griegos de la tragedia cree que las mujeres nada más son hornitos para cocinar el pan viril de los machotes. Y bla bla bla.

Con lo de la "fiesta" en las escuelas todo quedó en "depende" y con sus "asegunes". Sí, todo depende de dónde te toque jugar y sortear la educación básica de tus criaturas, según sea tu proximidad o lejanía del libro de texto gratuito y sus maestros sindicalistas del "aiga" en vez de "haya". Los más desvalidos, según parece, ya ni idea tienen de que eso de las madres fuera una fiesta cívica que se festejaba en las escuelas, ya desde antes no había bailables ni recitaciones ni segmentos de teatrito cursi, la gente perderista no suele ser generosa, no quiere pagar por nada, mucho menos por la educación, sí, ya desde endenantes. Nada más era un buen pretexto más para que no hubiera clases y ya. En los sitios menos zapatoides e izquierdistas de la ciudad las cosas serán a según como pueda la comunidad, en las escuelas privadas se optó por correr la fecha en la renta del teatro y todo lo demás para hacer que se sienta que sí educan a la gente y que no están todo el tiempo en juntas sindicales sobre el arte de no trabajar gracias a la desorganización sindical "sui generis" de México. Todo es cosa de que las autoridades lo autoricen dicen las autoridades mismas de esas instituciones escolares.

Así se acerca el crepúsculo de este día 10 de mayo después de la Megamedia galopante. Con estadios de futbol ya con público en las gradas, aunque sólo el 35% oficial. Hace más de una semana que no se presenta ningún nuevo contagio por virus a/h1n1, ni aumenta en forma exponencial el ingreso de gente contagiada a los hospitales.

Una prueba de fuego. Aprobada por México. Otra vez, cosa buena. Con todo y los defectos y la corrupción e ineptitud galopantes.

¿Cambiará el país? Cambiará el mundo entero. ¿Será para bien? Otra vez, todo depende. De principio, otra vez, parece que sí. Habrá más cuidado por este lado de la salud, el de las epidemias y las influenza. Se llegará hasta donde la conciencia real logré acceder. Y así sucesivamente.

sábado, 9 de mayo de 2009

Gente buena onda, su buen rollo te tira

¿Qué hongo crece con tu quiniela para mañana?

Dice el M

--Yo soy como el cieguito de Los Olvidados, mis cuáis... Que le salva la vida al Ojitos en la ciudad y se da un gusto de ver que la película lo tiene de actuante clave de principio a fin, pues él engarza como Mefisto en la historia del Jaibo como Jesús y de Pedro como Pedro. ¡Qué peliculón! Por eso es bueno pensar que lo mejor es no nacer, y, ya en el peor de los casos, que alguien nos mate en el vientre de nuestra madre. Caminos de Guanajuato... Donde la vida no vale nada.



--Seño, seño... Me concede este baile... Soy necio y me da permiso el gobierno del estado donde Hidalgo se pescó a la Guadalupana para el sendero de la libertad e independencia, para violar y jaranear como Dios manda, como hizo el beato padre Maciel, en vida, y el santo obispo Paraguayo ahora... Ea ea... Que el papa Nazi demuestre en público que ya fue circunsidado.

Y que no te cuenten que el mundo se acaba en el 2012, todavía viene lo mero mero bueno -- ¿O no, Señor Spock?

Los egos del poeta



Son más de cinco, recuerden la dichosa película recientemente filmada y que ningún vínculo vincula aquí.

No toda es vigilia la de los ojos abiertos

--Este mono de aquí arriba se lava las manos hasta antes de lavarse las manos, y nomás vean en que pedote se metió por culpa de los mugres virus estos. Él es el chido de este cursito de tv...


Despertar de este reporte inmediato. No deshacerlo en balde. Significa suspenderlo. Nada más agregar datos de valor real. No más humor a la Macedonio Fernández, ni más nervioleras a la ve tú a saber quién o quiénes o quiénas. Lo del periodismo bonzo a la Hunther S. Thompson, you know, debe seguir mejores rumbos del camino. Aquí el contexto vuelve delirio lo que en otros casos significa ingenio o recurso retórico de meta-literatura transgresora, desde donde se inspira toda esta acción simbólica de la Chorcha Chillys Willys.

La simbólica, una vez M despierto y bien. Vale otro ejercicio de blog. Allí está ya el menú en nuestro Perfil. Muchos caminos posibles para la gente que surfea según la ola y no sabe ya nada de la línea recta y sus ilusiones geométricas. Quien viene más cerca en la conversación... esto sigue, ya, en EL TELÉFONO DESCOMPUESTO (RbkMnk und plus -- click aquí -- muestra que entendiste escribiendo un Comentario allá): humor privado en lo público de las blogs y charla suave con gente linda, en lo posible de los Comentarios.

Ganadas lecturas que van más allá del tema central, no nos hagamos bolas. Concluyamos el relato de un modo claro, nunca falta un Enrique Aguilar que lee de corrido y con trabajos. Porque dice que sólo entiende que no entiende por qué no entiende lo que entiende que dice por qué no entiende.

Entre el susto y el humor negro como respuesta. Aquí hay el diario de lo que M hizo por escrito como blog durante los momentos más álgidos de la Megademia.

Al despertar, para escribir justo esto, recordó, al fin un detalle... Una coincidencia surreal de alto valor significante...

A principio de año, en el mes de marzo, el restaurante The Fat Duck, en Berkshite, Inglaterra, considerado hoy día el número dos del mundo por la calidad de su cocina para el canon de Occidente, tuvo que cerrar sus puertas durante quince días. Sus comensales recientes se quejaban de vómito, diarrea y alta temperatura, considerando que ello era producto de algo que habrían comido muy probablemente allí. De inmediato, el chef Heston Blumenthal, estrella del uso de la ciencia química en la cocina contemporánea, tomó las medidas de salubridad que ello implicaba para su renombre. El resultado, según las declaraciones de la prensa: fue que todo lo causó un "norovirus". No era un efecto de sabotaje ni de envenenamiento por alimentos. Y colorín colorado, el restaurante regresó a la normalidad.

Esto es lo declarado a la prensa por el chef Blumenthal al reabrir su restaurante:

"I am delighted the Health Protection Agency and the local Environmental Health Office have given us the all clear to open the restaurant tomorrow (Thursday 12th). Whilst they are still awaiting outstanding test results we cannot comment further, but obviously we are overjoyed to be able to get back to business as normal."

No es que todo tenga que conectar... No es que el paraquat, el a/h1n1 y el norovirus galés de The Fat Duck tengan que conectar en un mismo árbol. Momento, que la cosa es calmada, ya que más bien es rizomática... Los virus en cualquier momento se pueden expresar como el gran problema de la humanidad por culpa del calentamiento global... La Parte Maldita... El sol alienta vida en exceso, vida que se pasa de viva...

Luego, norovirus es un virus generalmente desconocido que igual puede afectar la vías respiratorias que digestivas. Y los síntomas de este nuevo brote de influenza que reportamos reúnen los de una infección dentro del aparato respiratorio que dentro del digestivo de quienes la padecen. Vómitos y diarrea, flujo nasal e irritación de los ojos... Temperatura muy elevada.

Una mente esquizoide como la que hizo posible este espacio de discurso y existencia en que te encuentras, pega cosas rápido y se acelera peor. Con eso, tenemos lo alocado de la blog. Pero con eso mismo tenemos la exactitud en los informes. De todo. Igual lo más interno de la mente de un loquito que lo más lejano de la Megademia como cosa del planeta, todo está dentro de estos segmentos de escritura tipo blog. Audiovisuales y todo lo demás que ya no será nunca más el libro.

Desde ese momento, cuando todo pegó en nos encontramos dentro de una cuarentena sanitaria, toda la ciudad, y nadie lo quiere decir como es, ni el presi legítimo ni el inepto alcalde; la memoria de M, ahora lo cuenta, sintió el anuncio de que uno de esos problemas con virus del tipo que él tanto temía desde hace años, podía estallar en cualquier momento sobre el planeta.

Problemas con "virus", problemas por "virus", problemas de "virus". Y así hasta cierta inquietud constante, que fue lo que también le estalló en la mente cuando estalló el temor de que nos encontráramos ya dentro de una Megademia incontenible. Que es lo que no ha pasado. Ni siquiera con el problema del aire en esta ciudad de México. Lo que en ese momento no pensaba él ni nosotras ni mucha gente, es que eso estallara justo y de plano aquí merito, en la gran ciudad donde vivimos desde que nacimos quienes aquí "autorizamos" el reporte.

Tal novedad. Y sus pulmones de canarito. Lo pusieron en condición piantada, hasta cierto punto. De allí, detallitos como la deriva por las chelas. Todo, para informar en forma de diario tridipersonal lo que ocurria con nuestras mentes y cuerpos. Ya que no podíamos hacer más que reportar del modo que hacemos -- más cerca de lo privario y precario que de lo público y mediático.

Pero siempre como ciencias de la comunicación. Desde nuestra experiencia y perspectiva. Así se produjo todo lo que va ingresado en esta blog. Ahora el tiempo dirá que queda vigente, que se diluye en la nada. Lo reportado ya está aquí. Creemos que completo y bien hecho. Locura con plan ya no es tan locura, diría el Nietzsche de siempre.

No hay Dios que nos cuide. No hay ciencia que de verdad sepa. Todo depende de una especulación. La vida es breve, el arte largo -- y no hay quién lo entienda. Es.

Ya esta vez se hizo algo bueno, si no hay ocho mil muertes, este día, por culpa de la Megademia, que, tanto miedo y angustia, ya, hasta cierto punto, contuvo. Y no te rías, Cuchumbé. Viene y sigue lo mejor, lo dicen por todas partes. Cambiar de hábitos. Salir de nuestros usos y costumbres. Pensar y actuar con porvenir. Lavarse las manos, no escupir en la calle. No gargajear en público. No hacer hilitos de saliva idiota en el andén del Metro, and so forth.

Nos tenemos que cuidar a solas. Los puros seres humanos. Que somos, ay, tan egoístas e inhumanos. Pero no hay de otra, o como decía el gran Ota:

--Aquí no hay ni un tu tía.

No se agachen, tenochcas, miren hacia arriba. Vean el cielo.

Y si allí, de noche, ven la Serpiente de Coacalco, una como pirámide inteligente, hecha con purititas estrellas, recuerden a RbkMnk, nuestra amigocha.


Rucos, despertad y moved el bote




Viene ya volada para mañana la más mexicana de las fiestas que se celebran igualito de cursi en todos lados del mundo desde antes de que alguien inventara en sánscrito lo de Mamá Canica y la era oscura de cuando a los cánidos los amarraban con longaniza y no se la comían. ¡Ay, don Simón, se acuerda usted todavía de los tiempos del Sí-Beso?

Secuencia de sueño - desplazamiento



¡Qué chulada de REPORTAJE para el regreso a la normalidad! Lo recomienda hasta la Sagrada Curia de la Vela de la Encueración Completa, otra de esas piedras de los caminos de Guanajutao.

Una buena distracción, para olvidar un rato breve la Megademia en directo. Que ya se aleja, según se cree.

Para este sábadaba por la noche, si andas depierto/a por Las Rambla, ya hasta la moña de gente que habla el español como con la lengua mordida; date una vueltecita por la sala Bagdad.

Un entre de contacto directo con la estrella del espectáculo sin más estorbo que tu pudor, sale en unos 500 euros nada más por entrar al lugar y padecer un tenteadero por todos lados para ver que no traigas armas o influenza nueva; de allí en adelante todo dependerá del puje mercantil simple de tales casos de goce rico por dinero real, parece que el andar cerca del bukake ya anda en cuatro dígitos de euro.

La gente de jale de "Catalunya" sabe muy bien dónde está esa sala de porno show de la "ciudá" en donde está la Puerca de Alcalá como cosa de desmadre y jale y no como puta canción a un zócalo de Madrid, la capital más autónoma de España y por eso bien lejos de la sala Bagdad de Barcelona.

No les preguntes a los taxistas, porque de inmediato te salen con que tienen parientes gitanos que hacen lo mismo por nada; luego terminas oye y oye cante jondo y mira que mira gente que baila sobre un tablao, nada de lo otro --puro mesero tipo cuento de José Agustín.


Un reportaje entrevista ejemplar. Demuestra que, hoy día, hasta las reinas son medio princesitas. El mundo, de tal manera se integra por cuatro tipos humanos: 1) Teletón (con un empujoncito la hacen), 2) Telegenio (concentrada en algo), 3) Teletúby (no ha dejado atrás la oralidad y la mamada) y 4) Gente Telequemas. No hay de más.

Lo raro sigue siendo ser Thelema. Como noi.

(A ver, ahí les va una trivia de verdad, para que resuelvan lo que se quiere decir con todo este párrafo y no salgan con un corta y pega más, que eso no ayuda para la mnemotecnia.
) Vamos al queso...

* * * * *

Viene calientito de El País de Hoy, un diario gachulán que ilumina el espíritu real de la gente choricera con boina y alpargatas, tipo juez Baltasar Garzón, el buena onda inefable. Que venga y cante junto a Julio Iglesias y Marisol en el Azteca, cuando Azcárraga, cansado de tanta estornudadera, mueva su varita mágica y diga: ¡Ya basta! Total, él no anda con mascarilla de estambre. Él sí puede juntarlos a todos. El abuelo ingenioso le dejó la lana, el padre chambeador le heredó el poder y la gente jodida de México tiende a ver su tele, abierta o por cable o por sky o por donde sea. Televisa es el Pan Bimbo del sistema solar, ya que el Bimbo es el que más la rifa en el mundo, por eso jode que nos vean feo por lo de la influenza. Ni el Pan Bimbo de México lo hacen en México, parece, lo hacen en todo el mundo. Deriva onírica legítima dentro de la trama de este segmento de texto. Por si alguien sigue leyendo. ¿Verdad que este caso familiar de herencias que crecen de un modo que sorprende y admira, echa por el suelo lo de que todos los hijos de Solón salieron medio tontitos y lelos, como cuenta el chismoso de Sócrates en uno de los Diálogos de Platón, según el canon de Occidente. ¡Qué suerte y buena fortuna la de estos Emilios!



REPORTAJE

Memoria de una reina del porno

JESÚS RODRÍGUEZ 09/05/2009


Sophie Evans es una gran estrella del cine para adultos. Pieza clave de un negocio global de 10.000 millones de euros. Ha rodado más de 200 películas. Una profesional que ama su trabajo. Y aspira a la normalidad.



La pornografía alberga dos misterios. Primero: ¿consumen los actores sustancias que prolonguen sus erecciones? Contesta uno de ellos: "La Viagra se ha extendido en el porno como la pólvora; ha sido nuestra revolución sexual. Pero ningún actor se lo reconocerá. Es su secreto mejor guardado". Segundo: ¿alcanzan las actrices orgasmos durante los rodajes? Contesta una de ellas: "Esto es cine. Finges. Te pueden estar penetrando dos tíos y tú pensando en los guisantes de la cena. Nadie te lo va a confesar. Es como si le preguntas a la Princesa si disfruta con su profesión; aunque se aburra como una mona, no lo va a admitir; acabaría con la magia. Aquí lo mismo".

Esta respuesta no es de Sophie Evans. Tiene demasiado respeto hacia su oficio. Es una profesional. "Yo no finjo; actúo. Hago lo que me gusta y me gusta estar donde estoy. Intento sacar lo mejor de mí en cada escena erótica. He vivido dedicada al porno; lo he hecho de corazón. Hay chicas que lo hacen por temporadas; vienen y van; se sacan unos euros y luego dejan colgado al empresario. Yo no. Yo he vivido de esto y para esto".

Sophie Evans es una estrella. Perfeccionista y exigente. Se cuida. Pasa controles de hepatitis, VIH y herpes genital. Es monógama. No fuma ni bebe ni se droga. Lleva una vida ordenada. Como una deportista de élite. Ha intervenido en 200 películas. Ha rodado en Los Ángeles y Budapest, las mecas del sector. A la orden de los más grandes directores del cine para adultos. Junto a los galanes del género. Ha protagonizado miles de escenas sexuales. Sin trampa ni cartón. Ni condón. Felaciones, sexo anal y vaginal; números lésbicos; dobles penetraciones. Su récord en pantalla ha sido mantener sexo con cinco hombres a la vez. "Fue muy bonito. Una sensación diferente. Era precioso ver a esos cinco chicos tan excitados conmigo. He hecho de todo en pantalla salvo cosas extremas; no me gusta que me aten; ni hago nada con animales ni lluvia dorada. Y prefiero la doble penetración al anal, me excita más y pagan mejor".

Sophie Evans es la heroína del porno español. Y un referente mundial. La versión femenina de Nacho Vidal. Entra cada día en miles de hogares en todo el planeta a través de las ventanas del DVD, la televisión de pago, Internet y la telefonía móvil. Un negocio, la pornografía, que sólo en España factura 450 millones al año y da empleo a un centenar de actores y actrices y una veintena de directores a través de 178 empresas. Tiene seguidores desde Europa e India hasta Estados Unidos. Veneran cada centímetro de su cuerpo. Hace unas semanas, un joven se le acercó en Barcelona y le dijo: "Sophie, no sabes la de pajas que me he hecho contigo". "Y no me pareció un insulto. Me pareció muy bonito. Me lo dijo con cariño. Mi trabajo es excitar a gente como el de un cómico hacer reír. Puro espectáculo".

-¿Usted consume mucho porno?

-Me da corte. Como soy amiga de los protagonistas, no me excito viéndolos. No me pone. Son amigos. Y a lo mejor he cenado la noche anterior con ellos. Los veo y no se me ocurre pensar: "¡Qué bueno está este tío!", sino "¡qué ilusión verlo!". Además, cuando veo una peli estoy todo el tiempo pensando: "Esa penetración está mal hecha o no se ve bien o no me gusta el decorado". Lo veo desde el punto de vista profesional y no disfruto.

-¿Y haciéndolo?

-A veces sí; depende del rodaje. Si es en un sitio íntimo; si estás relajada, cómoda; con un chico que lo hace bien y tienes un buen día, te puedes correr. Hombre, si tienes calor, la escena es larga y lo tienes que hacer en la playa y se te clava la arena, no disfrutas; todo es interpretación.

-¿Cuál es su secreto para calentar al público?

-Disfrutar con lo que haces. Y para que disfrutes, el actor te debe respetar y ser sensato. El actor tiene que tratarte con cariño. Es bueno hablar antes del rodaje de lo que te gusta y no te gusta. De las posturas. Para eso, Nacho Vidal es extraordinario. He trabajado con él en diez películas y es un amigo. Si existe ese feeling, sale una buena escena. Pero si el actor tiene reputación de tratar mal a las actrices o viene sucio, me niego a trabajar con él.

Sophie Evans habla despacio con un curioso deje entre castizo, catalán y húngaro. Es educada. Flemática y modosa. De una timidez infantil. Alta, delgada, de constitución atlética, pecho perfecto y caderas amplias y ondulantes. De las pocas estrellas del porno que no han sucumbido a la silicona. Un ejemplo de pornostar europea frente al californiano de adictas al bisturí. El aclarado pelo rubio recogido, boca grande, nariz de María Callas y unos bellísimos ojos verdes. Vaqueros ceñidos, mínimo top y botas de altísimos tacones. Maquillaje excesivo. Está recostada indolente en un sofá desventrado del camerino de la sala Bagdad, el templo barcelonés del sexo duro. A su lado, sus uniformes de trabajo envueltos con mimo en fundas de tela: "El vestuario es importantísimo; me gasto lo que haga falta; éste es el de policía con su porra y su gorra; éste, de colegiala; aquél, de enfermera hecho de látex, y el que más me gusta, el de ninfa con sus alitas". El elegido para su primer número esta madrugada es el de corredora de fórmula 1: rosa chicle, ceñido como un guante y escotado hasta la cintura.

El espacio donde se cambian y descansan y aguardan turno para saltar al escenario las estrellas del Bagdad es una enorme, destartalada y mal ventilada sala a la que se accede por una estrecha escalera de caracol, con un largo mostrador abrasado por miles de cigarrillos, espejos enmarcados por bombillas fundidas, taquillas cuarteleras y sillones huérfanos. Llamar camerino a este rincón es un eufemismo. Huele a comida de varias nacionalidades consumida con cubiertos de plástico; algunos artistas dormitan, saben que su trabajo concluirá rayando el alba y conviene estar fresco para aguantar los tres pases. Chirrían en la radio ritmos latinos. Los profesionales del porno se cambian, desnudan y duchan ante los ojos de sus colegas. La piel es su mono de trabajo. Un semental del Este cruza la sala con cara de pocos amigos. Acaba de eyacular en el escenario y está enfadado con su pareja. Es mejor no cruzarse en su trayectoria. Tara, una transexual brasileña, balancea sus posaderas embutidas en un vestido rojo. Una stripper chilena chatea ausente con su portátil. Y la argentina Karyna Moure, abultados labios y pechos con implantes, se despoja de sus vaqueros y Converse de adolescente, se calza un tanga de lentejuelas y se transforma en la bomba sexual de la noche. Acaba de ser portada de Interviu. En la pared, un sobado pasquín advierte: "La entrada de todos los artistas es a las 22.45; si llegan más tarde, no trabajan".

Las normas del Bagdad son estrictas. Hay que ser puntual; nada de drogas ni alcohol; ni hablar de prostituirse. Gobierna con mano de hierro Juani de Lucía. La matriarca del porno español. La emperatriz del Paralelo. Roza los 60 y recibe cordial y redicha en un despacho presidido por una caja fuerte y decorado con un mural de una sensual puesta de sol caribeña. Todo en ella es muy Miami Vice. El traje-pantalón blanco y las botas tejanas; el amplísimo escote y el Rolex de oro. Se las sabe todas. Es jefa, maestra, consejera sentimental y madre postiza de los actores y actrices del Bagdad. Cuida su salud y asuntos financieros. Les anima a ahorrar y estudiar. A ellas les enseña cómo se hace una felación; a ellos, a retrasar su eyaculación. Para ser un buen profesional del porno hay que ser un atleta. Olvidar el placer propio para brindárselo al público. "La relación sexual se tiene que ver; a la gente le gusta que la penetración se distinga; que la pareja no se acurruque en una posición cómoda. No quiere perderse nada. Y tiene que ser estético", describe Sophie. "Hay que ser profesional y artista. Esto es un espectáculo, no Gran Hermano. Se trata de cubrir pista; de cambiar de postura aunque estés cómodo y cambiar suponga que puedas perder la erección. Al chico le gustaría eyacular dentro, pero no puede, no es bonito para el público. Se tiene que ver. Si hay conexión entre la pareja, el público lo percibe. Hay que ser artista. Si lo haces sólo por dinero... es mejor que te vayas de puta", recalca Juani de Lucía.

En diciembre de 1975, con el cadáver de Franco aún caliente, Juani levantó sobre un polvoriento tablao flamenco de posguerra este santuario del porno español. En aquellos tiempos importaba números eróticos desde Hamburgo, entonces capital de la industria europea. "No teníamos actores en España; el porno había estado prohibido durante 40 años. Nos obligaron a poner un cartel en la puerta advirtiendo a la gente que aquí había sexo explícito", explica Juani. En poco tiempo crearía su cantera. Toda productora que pretendiera rodar cine erótico en España tendría que recurrir al Bagdad para sus castings. De esta factoría saldrían grandes estrellas mundiales. En cabeza, Sophie Evans.

La sala Bagdad ha conservado en todos estos años esa decoración de tablao kitsch y decadente que tenía en tiempos de su primera propietaria, la Bella Dorita. Con su escueto escenario rodeado de celosías de patio andaluz y un mostrador tapizado de espejos donde ponen copas las actrices en minúscula ropa de trabajo. Se mira pero no se toca. Todo tiene un tono entre lila y rosa y aroma a desinfectante. Varias cámaras filman las actuaciones y las difunden desde la web del Bagdad. Sophie es la atracción de la noche. Puede cobrar hasta 500 euros por jornada. Algo más si hay una despedida de soltero y le piden un pase privado. Inicia un strip tease que no deja nada a la imaginación. Su rostro muta de niña buena a chica mala. Insinúa. Sonríe. Provoca. Deja que el cava se deslice por su cuerpo. La noche está floja. Hay crisis y la entrada cuesta 90 euros. Ella se esmera. Resulta graciosa y elegante. Relajada y sensual. Es un porno aligerado. Borda los movimientos. Entre 1997 y 2000 hizo el amor en este escenario con su ex marido -el actor y director de cine porno Toni Ribas- dos veces por noche seis días a la semana. Ribas resume esa época en 1.500 penetraciones en directo. No fallaron ni una vez.

Sophie Evans no es una gran actriz. No es Meryl Streep. Lleva tres años estudiando interpretación en el Centro de Estudios de las Artes Cinematográficas y Escénicas de Barcelona con intención de saltar al cine convencional, pero confiesa que cuando trabaja en montajes normales le cuesta sustraerse al registro histriónico del porno, a su actitud exagerada y depredadora. "Al principio, en la escuela hacía siempre el mismo personaje. En el porno te inventas uno y lo interpretas mil veces, hagas de enfermera, azafata o ama de casa. Siempre es igual. El mismo ritmo, gemidos y final. Con el tiempo he aprendido otros movimientos e incluso he hecho teatro clásico. Pero en el porno he sido una autodidacta", explica al final de su actuación, con la piel reluciente de cava y sudor. Exhibe su desnudez con naturalidad. "Nadie me ha enseñado a hacer porno. No hay profesores. Cuando empiezas, copias a las otras; pones las caras que ellas ponen; cómo se acarician y miran al espectador. A partir de ahí, vas creando tu imagen. Toni y yo nos inventamos un estilo especial; durante la penetración cambiábamos de posición sin separarnos; estábamos como fundidos. Nos copiaban. Y después de haber hecho tantos espectáculos en vivo, rodar la escena de una peli erótica es un juego de niños. Si eres capaz de hacer sexo tres veces por noche, eres capaz de cualquier cosa ante una cámara. Y un actor, ni te cuento. Delante del público no se le puede caer la erección. Sin erección no hay espectáculo. Y en el cine porno, eso es lo más importante; cada gatillazo significa perder tiempo y dinero".

No, a primera vista Sophie Evans no parece una gran intérprete. Pero no es del todo cierto. Cuando uno reflexiona, llega a la conclusión de que si a lo largo de 12 años ha hecho creer a millones de espectadores de todas las razas y edades que experimentaba grandes y felices orgasmos mientras era atravesada por un miembro de 25 centímetros, es que es merecedora del Oscar.

No estaba destinada a ser estrella del porno. No nació en una familia rota ni marginal. Vino al mundo como Zsofia Szabo, en 1976, en Szeged, una somnolienta capital húngara. Sus padres eran una joven pareja de biólogos. Ganaban poco dinero; en Hungría coleaba el régimen comunista y los intelectuales huían. A mediados de los ochenta obtuvieron sendas becas de investigación en la Universidad de Tennessee. Su padre, en biología molecular y genética, y su madre, en el campo de los estudios biomédicos. La pareja y sus dos hijas vivirían en aquel campus de la América conservadora durante tres años. Zsofia aprendería un buen inglés. "Era una niña tímida, pero me gustaba actuar y disfrazarme; tenía una educación cristiana tradicional. Nunca fui lanzada en cosas de sexo aunque me gustaba divertirme y experimentar".

En 1990, la familia regresaba a Budapest. Tras terminar el instituto, Zsofia se matriculó en psicología. Ese verano, con 18 años, comenzó a trabajar de camarera y, para sacarse un sobresueldo, posó para un catálogo de lencería. Había comenzado a subir los peldaños del estrellato. Su siguiente paso sería un club de strip tease en Atenas durante las vacaciones de verano. "Fue de broma; no había visto un espectáculo de esos en mi vida; estaba muy nerviosa y no tenía vestuario. Salí a bailar de los nervios, pero me gustó. Descubrí que era una exhibicionista. Me pone que me miren. Gustar a los hombres. Ver sus ojos de deseo. Para mí no es algo sucio, sino un piropo. Y se me daba bien. Era 1994. Me apunté a una agencia de bailarinas y les dije que quería ir a otro país y seguir actuando. Me mandaron a Toronto. Allí estuve seis meses en un club y aprendí la técnica de stripper. Quería seguir conociendo mundo. Me apetecía moverme a un lugar más cálido. Por ejemplo, España".

Zsofia, conocida en el negocio como Leslie, aterrizaba en 1997 en Asturias. Batacazo. Era una encerrona. No había club. El empleo era de prostituta. "Un engaño. No llegué a actuar. Salí disparada. Cogí un avión con mi último dinero y vine a Barcelona. Tenía 23 años. Me habían hablado de un club que se llamaba Bagdad. Pensaba que era de strip tease. No sabía que existía el porno. Juani me lo explicó como pudo y me dijo que probara sin compromiso. Ensayé con una chica y un chico. El chico era Ramón Nomar, que hoy es un número uno. Hicimos de todo, y todo es todo, pero no me dolió porque Ramón es un profesional. Me trató bien, vio que era novata. Me gustó. Y Juani me contrató. Así empezó todo. Nunca imaginé que me iba a meter tanto en este mundo; que se iba a convertir en mi vida. Y España, en mi país. Me gustó el ambiente. Y podías ganar 900 euros (de entonces) a la semana. Éramos gente joven y con ganas de divertirnos. Como una familia. Siempre estábamos juntos. Que tengamos sexo entre nosotros hace que se rompan muchas barreras. No hay hipocresía".

Bagdad ya era una leyenda en el porno europeo. Nacho Vidal, una estrella en ciernes. La industria española comenzaba a despegar. En gran parte gracias al director José María Ponce, que con su novia, la actriz María Bianco, un vídeo doméstico y un grupo de amigos luchaba por revitalizar el paupérrimo cine erótico made in Spain a base de títulos como Los vicios de María, Venganza sexual o Perras callejeras. En ese trasvase de profesionales entre el Bagdad y el cine para adultos, Ponce daría a Zsofia su primera oportunidad. Antes enterraría su viejo sosias artístico, Leslie, y la bautizaría Sophie Evans. Era 1997. En una de aquellas películas conocería al que sería durante diez años su socio, marido y pareja artística: Toni Ribas. Fue un flechazo. "No tenía ninguna escena con él; la tenía con Nacho; pero mientras hacía el amor le miraba a él".

La industria mundial del porno vivía un momento dorado gracias a la explosión de Internet y la extensión de la televisión de pago. La web era el maná, como lo había sido en los ochenta el vídeo doméstico. Corría el dinero. Brotaban las productoras. En España, 18; además de 28 distribuidoras y en torno a 50 webs. Se hablaba de un negocio global de 10.000 millones de euros. Hacían falta contenidos. España quería su tajada. En 1997, Juani de Lucía comenzaba a emitir por la web los números del Bagdad y ofrecía conexiones íntimas con sus chicas. Un negocio hoy extendido al teléfono móvil de tercera generación. En los suburbios de Los Ángeles se rodaban a diario decenas de escenas. Y Hungría y la República Checa brotaban como capitales europeas del porno tras la caída del muro. Faltaban chicas. "Siempre se necesitan actrices", explica Natalia Kim, una de las organizadoras del Festival Internacional de Cine Erótico de Barcelona. "El porno está hecho para hombres. Y las protagonistas de las películas son tías, y mejor si son desconocidas. El problema es que se queman enseguida. Tienen una vida más corta que los actores. Por eso cobran más. Con los actores, por el contrario, las productoras apuestan por valores consagrados. La tía puede ser la protagonista, pero si el tío no funciona, si se le baja, no hay escena. No es un oficio fácil y los que valen pueden seguir en la brecha con 50 años, como Rocco Siffredi. El éxito de Sophie ha sido aguantar. Pocas estrellas han tenido una carrera tan larga y son tan respetadas".

En aquellos fulgurantes años noventa iba a surgir un peculiar star system en la industria del porno. Un Hollywood en pobre. Una estrella del cine para adultos puede cobrar un máximo de 5.000 euros por película. Una actriz de segunda división, poco más de 1.000. A partir de ahí, el negocio está en entrar en el circuito de los clubes de strip tease, las discotecas, las apariciones en Internet y las despedidas de soltero. "Se gana mucho más en la prostitución", reflexiona Sophie. "Aunque en el porno cada una tiene su precio; decide dónde, cómo y con quién trabaja y qué está dispuesta a hacer. Te pagan según lo lejos que llegues. Si lo haces sin condón, ganas más. Y cuanto más lejos vayas, cobras más".

-Habla de prostitución. ¿En qué se diferencia de su profesión? Porque ustedes cobran por vender su sexo...

-Es diferente. Si me llaman puta, no me están insultando; es que no lo soy. Soy actriz. Es un trabajo distinto; una prostituta va en secreto con un cliente al que no elige y yo tengo sexo con un director y un equipo de cine y exclusivamente para hacer una película. Todo es sexo pagado, pero el cliente es distinto. Y la forma de expresarnos... la prostituta se mueve en el anonimato, y nosotras, cuanto más conocidas seamos, cuantas más películas, fotos y actuaciones hagamos, mejor.

"Hay muy pocas actrices porno que se dediquen a la prostitución", aclara Juani de Lucía, que da trabajo a una veintena de chicas en el Bagdad de Barcelona además de decenas más a las que subcontrata para alimentar sus contenidos en la web. "Una puta no se pone a follar a cara descubierta. Y nadie la protege. En el Bagdad tenemos contratos, pagamos la Seguridad Social, exigimos a las extranjeras el permiso de trabajo, y a todas, que se hagan un análisis de sangre periódico. Vivimos del espectáculo; esto es espectáculo y diversión. Industria del ocio. El que quiera putas, que se vaya a otro sitio".

Dentro de ese peculiar star system del porno, Sophie Evans y Toni Ribas se convertirían en los Angelina Jolie y Brad Pitt del cine para adultos. La pareja de oro. Su boda, el 19 de diciembre de 1998 en Cataluña, de blanco y por la Iglesia, supondría la consagración de la industria española. Estaban todos. Actores y actrices; productores y directores. Y sus padres. Cuando el oficiante exhortó a los contrayentes, "Antonio y Sofía", a la fidelidad absoluta, surgieron en el templo risas contenidas. "Muchos de los que estábamos allí habíamos tenido sexo con los novios; el sermón era un chiste para nosotros", explica una asistente al enlace. "La endogamia en esta profesión es total. El porno es una burbuja. Y es difícil salir. Es muy difícil que alguien de fuera entienda nuestra forma de vida. Por eso las estrellas se casan con estrellas".

Sophie y Toni decidieron apostar por su amor y no trabajar en el porno con otras parejas. De esa decisión saldrían sus 1.500 penetraciones en directo y más de 50 películas juntos. "Éramos muy posesivos y nada liberales, optamos por no trabajar con nadie más. Nos ofrecían rodar con otros actores, pero aguantábamos por amor. Y también por celos. No es agradable ver a la persona que quieres disfrutando con otro. Después nos dimos cuenta de que éramos jóvenes y estábamos perdiendo dinero. Y volvimos a trabajar con otros actores, pero con preservativo. Y nos pagaban menos. Total, que volvimos a hacerlo sin condón. Aquello resucitó nuestra carrera. Había que explotar el filón. Entendimos que lo podíamos pasar bien rodando con otras personas y probar cosas nuevas y que eso fortalecería nuestra relación... en teoría".

-¿No sentían celos?

-El tema de los celos es complicado en el porno. Comprendes que es tu trabajo y el de tu pareja, pero surgen emociones muy fuertes cuando ves que tu chico está practicando sexo con otra mujer y se está corriendo y la gente lo ve. Teníamos unas broncas impresionantes. Es complicado que un matrimonio aguante en este negocio.

Era la pareja del momento. Rodaron de Cataluña a Francia, Italia, Europa del Este y por la puerta grande a California, al Valle de San Fernando, el "Hollywood del porno"; el "otro Silicon Valley". "Vivíamos como estrellas. No teníamos mucha pasta, pero era bonito estar en comunidad, ser conocido y respetado. Allí todo está organizado alrededor del porno. El 90% de las películas para adultos se producen en San Fernando. Yo rodaba todos los días. Es una industria paralela a la del cine convencional, con sus agencias de actores, asociaciones y hasta un sindicato. Tienen incluso sus clínicas para hacer análisis a los actores. Cuando en 2004 se supo que un actor con VIH había infectado a varias actrices, se pararon los rodajes durante un mes, se nos puso en cuarentena y se hizo un estudio de todos los que habían trabajado con esa persona en las últimas semanas y con quien había rodado a continuación. Eran 65. Todos nos hicimos análisis. Y se controló el contagio. En la industria no hay sida, se controla demasiado. Estuvimos en San Fernando un par de años. Toni comenzó a dirigir y yo me encargaba de la producción y los castings. Ganábamos dinero. Y empecé a plantearme dejar el porno. Ya no me sentía cómoda rodando con algunos actores. Cada vez me pedían cosas más bestias para la web. Tenía 200 películas a mi espalda y había hecho todo lo que tenía que hacer. Pero Toni me animaba a seguir. Toni no paraba".

La mayoría de los grandes actores y actrices de la industria del porno se han convertido en directores y productores. A la cabeza, Toni Ribas con su productora, Hot Frames. Produce, rueda, dirige, protagoniza y promociona. Un hombre orquesta. Cubriendo todos los resquicios del negocio. Es la única forma de ganar dinero para los actores profesionales en un momento en que cualquier aficionado con una cámara barata puede filmar porno y lanzarlo a la Red sin intermediarios. En 2005 ya se rodaba menos. Y con presupuestos más bajos. La piratería, sumada a la avalancha de contenidos gratuitos en Internet, estaba machacando a las productoras. No podían competir. Comenzaron a tirar de sus viejos éxitos. De su librería. La web, que había sido una bendición para la industria a mediados de los noventa, se estaba convirtiendo en su verdugo. El pudding del porno se iba desinflando. Y también el matrimonio de Sophie Evans y Toni Ribas. La pareja de oro del porno no daba más de sí. Se divorciaron en 2005. "Se nos acabó la pasión de tanto usarla".

Pasadas las cuatro de la madrugada, concluido su último número en el Bagdad, Sophie Evans despacha una ración de melón con jamón, pan tumaca y una Fanta de naranja con pajita. Su cena y su desayuno. Caen las luces del escenario. A primera hora tiene clase de interpretación. No puede faltar. Es su futuro. En los últimos tres años sólo ha rodado media docena de películas porno. Quiere cambiar de registro. Pero tiene que comer. Y la transición no es fácil. "El porno te cierra muchas puertas en el cine convencional. Mucha gente no se da cuenta de que esto es un trabajo y que cuando acabas eres una persona como otra cualquiera". Durante este tiempo de reflexión ha simultaneado el cine con apariciones en discotecas, televisiones locales y festivales eróticos, espectáculos de strip tease y actuaciones en el Bagdad. Hace tiempo que la página web que lleva su nombre se vino abajo. "No podía competir con los contenidos gratis (incluso fotos mías) que ofrecían otras páginas y dejé que se muriera". A sus 34 años, Sophie tiene una nueva pareja que nada tiene que ver con la industria y se plantea tener un hijo. "Me gustaría ser madre pronto. Y contarles que he sido una estrella del cine para adultos antes de que se lo digan los otros niños".

-¿Le recomendaría a su hija que se dedicara al porno?

-No se lo recomendaría, pero le ayudaría si se metiera en esto. Le aconsejaría que tuviera cuidado con quién trabaja; hay productores falsos; tíos que son unos cerdos y quieren acostarse contigo, te contratan y no hay película detrás. Hay mucha mentira.

-¿Cómo es la vida sexual de una estrella del porno?

-Normalita. En casa no hago acrobacias. Las dejo para la pantalla. Pero los hombres me tienen miedo. Les asusta no dar la talla; que les vayas a exigir mucho. Piensan que te van a dejar insatisfecha y se ponen a hacer cosas raras en la cama, como si fueran actores porno. Y a mí me entra la risa. Mi trabajo no es normal. Pero yo lo soy.



viernes, 8 de mayo de 2009

Secuencia de sueño - condensación

No, M no ha despertado


No falta ya quien, viendo que no despierta, interroga por su vida. No ronca, cosa de veras anómala. Tampoco gime como burra acorralada por los chamarra negra de aquella película de Bresson, donde sale la chava que ya deben haber visto en la entrada donde injertamos un clip de La Chinoise de Godard.


Dice que sueña eso muy seguido. Por ver tanto cine en las Muestras del Roble, le dijo la doctora su prima Pola Mejía Reiss, ya desde cuando ella apenas pulía lo que sería su primera pipa de analista de Nijinsky, hace un rato de muchos años. Pero sí, como que se ha excedido de cine. A ratos parece que ha visto todas las películas o que cree de veras haberlo hecho y quiere dar muestras de ello. Cansa.


Si está muerto, la sonrisa lo revela como buda tantra; sería algo así como el Dalai Lana que operó de Gorgonio neoestridentistas por su cuenta y riesgo en la era de Octavio Paz y José Carlos Becerra, cuando brilló como Sirio, único, en el nocturnal cielo negro de la melancolía mexicana, Jaime Reyes. Y de tal forma lograría su sueño malevo de ser el Lex Lutor de una novelista actual que lo anda queriendo tirar al cesto de la basura que bien se olvida, lo cual la dejaría literalmente indefensa ante cualquier ataque de Doomsday. Ma, qué cosa es el nudo ciego del músculo que ni una vez descansa.


Descansa. Eso sí. M descansa un ratito. El trabajo de canario, así sea pura esquizofrenia, se lo chupó como cacahuate; se ve que esta vez no fue su paranoia de todos los días enfrentada al bostezo de los mismos días. Fue otra cosa. De locos. No será profecía ni magia. Pero sí fue un fuerte derrame adrenalínico por pánico ante la realidad potencial, inminente, la Megademia de influenza, durante los primeros cinco días, al menos; luego ya como que se fue frenando con espasmos y ratos de sí querer tomar mucha chela, por el calor, y por las ganas de no estar en foco verde a la hora de lo que podía ser, según su loquez prospeccionista, un feo rato de sofoque general por falta de oxígeno en el aire. Que no pasó ni ha pasado. Lo cual, tal vez, sea por eso, por derrames adrenalínicos así de justos. No se sabe.



Pero M duerme.
Ese soñar surreal nos produce este ya extenso segmento en busca de la autoconciencia sobre el ser del reportaje. La Megademia. Una realidad contundente, un síntoma enigmático. Se cumple nuestra hipótesis: la ciudad es un dispositivo de gran peligro todo el tiempo. Pero también se cumple esta otra hipótesis: la ciudad permite acciones sociales definitivamente eficaces y eficientes para conservar viva la mayor cantidad posible de gente todo el tiempo. Hasta en los peores desastres. Una situación que se sostiene, así, continua, creciente, desde hace siglo y medio. El aumento real de la gente viva en el planeta, un aumento exponencial durante este siglo y medio. Pasar de ser mil quinientos millones de habitantes en el planeta entero, a ser ya más de seis mil quinientos millones. Un incremento de cinco mil millones de personas en siglo y medio de historia, algo que ocurre muy rápido. La buena salud y la buena suerte de la especie, protegidas por el trabajo colectivo. Según creemos. Tanto crecer, igual que fortalece a la especie y al individuo, los pone en grave peligro, cada vez más grave. ¿Hasta cuándo será posible sostener este crecer continuo? ¿No debe haber un límite material para ello? ¿Será posible que una minoría en extremo egoísta y poderosa pueda dejar, de pronto, que mueran varios cientos de millones, quizá hasta un tercio de la población actual? ¿No sería eso bueno para el negocio del petróleo y para el de la guerra? Son preguntas que alarman. Por tal motivo M cayó como lo vemos, en un sueño profundo, donde de todas maneras se conecta con el flujo del discurso en esta blog, pues somos un flujo común de modo existencial concreto, no sólo mientras trabajamos, investigamos, cocinamos y estudiamos, sino todo el tiempo, despiertas y dormidas, como el gran ideal surrealista, otro gran ideal difícil de cumplir, como el cristiano y el comunista.