viernes, 8 de mayo de 2009

Un trinido desde el Bronx

You know, güe:

Se ha tomado la decisión de no ficcionar en babia. Es más Babel, decimos. Y si de babear se trata, nos vamos de nuevo por la onda chela, nunca por la de Iñárritu y su ex-guionista. Mejor la bien helada y sus consecuencias dyonisiacas, en tiempos donde besar, abrazar y saludar del mano es tan transgresivo como inyectarse heroína en el Zócalo.

Entonces, el canario es una metáfora de la angustia que mueve la creación de este reportaje, el miedo a la Megademia. Y el Bronx de NY es una metáfora de que hoy día no hay dónde estar a salvo de la infección de influenza por virus a/h1n1. Así jale para allá la Virgen de Guadalupe, que no existe como persona ni como nada que no sea la imagen y las imágenes copia indicial, icónica o simbólica del cuadro que se exhibe al culto en la Basílica del Tepeyac, en el DF. Si respira, nada la libra de poder contagiarse de esta influenza o de la antigua o de la que venga.

En cambio, sólo en la ciudad de México el aire, ya de por sí harto mugroso, está tan sucio de esmog en medio de la Megademia. Y de eso quiere hablar la parte de relato que recurre a ese supuesto cambio de domicilio de la Guadalupana.

Ironía. Para dominar esta otra cara de la angustia. Que el aire está de un café que lija los pulmones y todo el sistema respiratorio, dejando todo que ni pintado para el ingreso de virus, cualquier tipo de virus, casi hasta los de computadora se nos pegarán como chapopote fundido ahí, nada más con la lijada que nos estamos dando por dentro.

Da como risa por ñáñaras, saber que por aquí cerquita hay un chingo de gente greenpeace bien buena onda, dispuesta a dar un dedo o la mano entera por los piratas que no dejan que los japoneses maten y se coman las ricas ballenas, ¡ay, tan sabrosas! Tanta gente linda como la que está en contra de las corridas de toros en la México pero a favor de la pena de muerte donde sea. Y que nadie haga un oso por lo que ocurre ahorita mismo con el aire que respiramos. Se intensifican las contradicciones. Lo esencial, la asfixia y la embolia y el infarto, es lo que no le preocupa a mucha gente, como diría El Principito. Todo mundo se muere de miedo por lo apariencial, la influenza. ¡Lávense las manos! ¡Tápense los hoyos de las narices! ¡Ji-ñor!

Por eso, para pensar de modo irónico lo del esmog se nos había ocurrido escribir una entrada de blog donde se dijera que un grupo de cholos del Bronx ya le llevaron a la Virgen de Guadalupe una imagen simbólica de lo que sucede en nuestra ciudad. Labrada en piedra pómez. Para que, por favor, nos recuerde en nuestra aflicción inconsciente y en el interdicto de lo del día maternal por excelencia, porque ella, diríamos, ya se agabachó y transculturó y ya está muy clavada en mejorarle el bateo a Derek Jiter y darle su espaldarazo divino al equipo de los Yankees de Nueva York, los Mulos de Manhattan, que tienen su nuevo estadio allá para el Bronx, and so forth. Un equipo que en su hora sintió el empuje de Madonna, la misma que dicen que antes se empujó a Jiter. Chismes de La Gran Manzana.

Pero luego no se entiende nada de eso. Dicen que es el coraje loco de M. Que sigue en sueño sensato, por terapia, si les preocupa. En ello se basa este grado de control sobre el relato que estamos ejerciendo ahora.

La imagen de los cholos sería un grafiti hip hop trascendental, en tono de los mayas y eso de que en 2012 se acaban hasta las Coca-Colas del refri. Trascendental, en vez de aerosol distante se regresa al roce directo del clavo de tlapalería empleado como punzón de ebanista toledano de lapidero de por Oaxaca. Pues un crew de doce cholillos con bandana y bigotito de puro mamar verga (más en exacto: tres coreanas, dos puertorrikans, un dominicano, un negrillo calza ancho y dos negrillas baila skato, un pecoso de Polonia, un lavaplatos de Puebla y una mexicanita), con sus clavos bien afilados en piedra de río Hudson rajada y limada, en proceso colectivo de línea de producción gráfica de tags, bombas y piezas, habrían labrado en bajorrelieve delicado este inquietante mensaje textual... Nomás guacha, carnal...


¡Lo que da, güe, una cosa de estas, para interpretar y echar más cardillo irónico! ¿Te imaginas? Pakal es la ciudad, su representante. Sufre el último golpe de la asfixia por falta de oxígeno, lo que se ve, tal cual, está a colores, es el café del esmog que ya llegó hasta el manto friático que quede por debajo de la gran ciudad. Las heridas del PRD son los escuditos de señor solar enano que sangran con burbujitas que se pueden ver en los cuadrantes superiores, a derecha e izquierda, rumbos, ya en tal caso, del este y el oeste. Und bla bla bla.

Diríamos que la Virgen lloró al ver ese mensaje. Y que el Canario se desmayó. Pero que Don Chucho, el Hijo de Ella, sigue en su berrinche de no existir y estar bien muerto, por eso del Zaratustra. Que para que el Diablo mueva la cola no hay cuándo, y todo eso. Pero hemos optado por no actuar de tal forma con la exposición diegética del reportaje, a fin de explicar mejor lo que estamos tratando de explicar.

Firman, güe:
Quienes operamos como entidad emisora ideal del texto dentro del texto.

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