jueves, 7 de mayo de 2009

Ya casi son las tres de la mañana


Hoy comienza, ya en pleno, el regreso a la normalidad anterior a la cuarentena.

Será rudo lidear con la paranoia. Es impredescible su comportamiento. Pero de que la habrá, la habrá. De un modo que todo mundo desconoce en la ciudad.

Tendremos que renovar de muchas formas el pacto social. Da miedo, del lado pesimista, la ruina perredista de los usos y costumbres de la gente de esta ciudad de México. La locura puede galopar.

Pero predomina en nosotras el lado optimista. El susto fue tan opaco y grande, que la razón debe iluminar mejor toda situción donde intervenga y se conserve. Pues ahora se dan condiciones igual de inusuales para el mejor diálogo cívico, algo que también casi desconocemos por completo.

Lo del sin corbata ya comienza a ser puesto en duda y transgredido en los media, López Dóriga en su noticiero de esta noche, y el gobernador Peña Nieto del Estado de México.

Lo mejor es regresar a la normalidad de verdad. Teniendo confianza todo mundo en todo mundo, como un punto de partida de nuestro cotidiano ser ciudadanos de la misma maquinaria de poder: México, la Gran México, alguna vez unión de Tenochtitlan y Tlatelolco en el punto donde se une con la Tierra el cordón umbilical de la coneja de la Luna.

El fin de la observación crítica, vendrá hasta dentro de cerca de tres meses. Al principio cada dia, luego cada semana y cada quincena sin más personas infectadas y sin más decesos, será un buen punto de apoya para mover con confianza la palanca de la normalización. Sería difícil que esto empeorara con el tiempo, más bien debe calmarse el espanto y desaparecer el riesgo de la infección por un virus recién mutado.

Hace mucho calor. Otra vez, otra vez. El viento no se mueve. La neblina está sobre las casas y edificios más bajos. Pero nadie dice nada al respecto, no con la alarma de M.

Nos iremos a dormir, otra vez, otra vez, en la creencia de que ya no puede empeorar más la contingencia amgiental. El calor seco es bueno para controlar la acción del virus.

Pero, nuestros pulmones, con partículas sólidas de esmog en el aire, tan cerca de nuestros pulmones...

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