jueves, 7 de mayo de 2009

Volver a la realidad, primero, luego a la normalidad


Lo escribe así don López Dóriga en Milenio de hoy: first of all, lo real, madáms und mesiés; y lo normal, ¿cuándo lo hubo? Preguntamos.

Un descanso.

Lo normal es lo real de lo raro y lo real de lo raro es lo bien raro. Por tanto...

Reflexionamos...

Hoy, ufa, por fin:

NO HAY NOTICIAS SOBRE LA MEGADEMIA.

Ni aquí, ni allá, ni acullá, ni en ningún otro lado que pudiéramos consultar por internet. Pura reiteración, nada de novedad, nada que no se supiera ya. ¡Qué bueno! Viene la hora de los mejores chistes públicos sobre el tema.


Nada que ya no se sepa hasta por quienes apenas van entendiendo de qué se trató el "puentezote" quirúrgico ciudadano, porque no oyeron ni vieron lo del "asueto", mucho menos lo de la "cuarentena" o la "Megademia". Nada más no tuvieron chamba por "inútiles".Bueno, ya hasta los Anticristo de YouTube están hablando otra vez de la madriza entre Rihanna y su jipjopero con puños de rapero y cerebro de José Alfredo Jiménez, que no la verba, el mariachi eterno tumbaba con la lavia, como Gonzalo Curiel y Álvaro Carrillo.

Nada que diga algo nuevo. Nada de nada.



Ah... y que la UNAM, ahora que regrese a las actividades de siempre, por orden del rector en turno, ya está buscando por todos lados la vacuna, para lo que emplean unas lupas que para qué te cuento de grandotas en todo y no gastan gas, hechas por un estudiante de mensa y de beca telmex, con ayuda, claro, de unos compas del Poli y una maestra de laboratorio de química de la prepa donde él jugó futbol americano; nada más que lo de hallar la vacuna para la infección por este virus cabrón lo tienen que poner en lista de espera nuestros grandes sabios nacionales, porque antes están por ser encontradas o inventadas todas las demás vacunas que han ofrecido y que nunca encuentran... a tiempo. Desde la del paludismo, para llevar nada más la cuenta de los sesentayocheros. Porque, como siempre, en cuanto alguien encuentra la de la viruela o la del estornudo por quién sabe qué, por ejemplo, en Tasmania o en los EUA o en los EUA o en los EUA, salta un cubiculero o laboratorista de la unam con ínfulas de doctorcito en eso o algo parecido y dice que diez mil millones de millones de almas opinan que él ya estaba a punto de hacer lo mismo. Le aplauden, sale en la tele, entra al conacyt y ve de cerca qué ricos cafés prepara para sus jefes y empleadores científicos el laureado con el nobel doctor Mario Molina. Tan tan.



--Click aquí para entender mucho mejor lo de aquí arribita como regreso a la normalidad en una ciudad donde, según el inepto que la gobierna, la lengua que más se habla y se debe hablar es el náhuatl.

Regresamos a lo real.

Con un rato de desconfianza mundial a lo mexicano, como aquí ya ha ocurrido muchas veces, cuando sucede algo igual de feo en otro país. No en balde estamos en el más mexicano de todos los países xenófobos y chovinistas del mundo. Pero lo bueno será que disminuyan las groserías por ignorancia, celos o suspicacias como las de China, Argentina, Haití o Chile.

Acá todo es impredecible. Nuestra vuelta mañanera como Ch Chs Ws por la colonia nos da la idea de que ya se les olvidó lo que pasó. Tempranito, lavaron sus carritos, todos, para quitarles esa cosa café que cae por las noches sobre los que quedan a la intemperie, un lodo como de polvo del Popo; pero no es la divina ceniza del volcán Popocatépetl, también conocido como Don Goyo. Es el puritito esmog de que tanto se habla en esta blog que lees.


Porque en esta ciudad de México nadie mira al cielo. Nadie voltea para arriba. Ni de día ni de noche. Es una ciudad de gente agachada, muy agachada. Y los últimos gobiernos municipales la han agachao más, la han vuelto tan gacha que ya no dice "por favor" sino "lo molesto". ¡Cómo para hacerle yo-yo los calcetines a Karl Krauss!

Ya sólo usan las mascarillas las gentes neuróticas, los psicóticos de siempre y los loquitos de novedad. Casi nadie, buena estadística. No falta la persona linda que lo trae metido en una higiénica bolsita, con su instructivo de uso y una botellita de gel para matar los virus. No los usan, para qué, está tan bonito, le servirá a los nietos para jugar al doctor, chance hasta dejan que los inyecte.

Se acabó el acoso familiar y la violencia intrafamiliar por decreto presidencial. Sigue lo normal: ad libitum. La gente sale feliz del encierro asfixiante en las unidades habitacionales de carácter "familiar" según el sueño de amor patriarcal de siempre, de dos en dos a ninguna parte. Nada muy agradable y quién sabe que tan saludable, según las estadísticas. Un "paraíso salubre" según el director espiritual y el ángel custodio de Calderón e
l lento, nuestro presi legítimo, Jefe Máximo.

Pero la costra de esmog ya no nos deja ver por ratos los cerros de enfrente, los de debajo del Ajusco. A nadie le preocupa.

Terminó la alerta máxima de reportaje. No se nos hizo lo del fin de la corbata, por razones dignas de laudar regresa con fuerza. Ya se irá viendo. Es lo bueno, aunque parezca lo malo.

Seguimos en lo de la quiniela para el 10 de Mayo. ¿Cuál será el comportamiento de la ciudad este domingo que viene?


¿Usos y costumbres? ¿Todos en Alphaville? ¿En Un Mundo Feliz? ¿En YouTube? ¿En qué va a estar todo mundo ese día?

¿Chelas? ¿Más chelas?

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