sábado, 9 de mayo de 2009

No toda es vigilia la de los ojos abiertos

--Este mono de aquí arriba se lava las manos hasta antes de lavarse las manos, y nomás vean en que pedote se metió por culpa de los mugres virus estos. Él es el chido de este cursito de tv...


Despertar de este reporte inmediato. No deshacerlo en balde. Significa suspenderlo. Nada más agregar datos de valor real. No más humor a la Macedonio Fernández, ni más nervioleras a la ve tú a saber quién o quiénes o quiénas. Lo del periodismo bonzo a la Hunther S. Thompson, you know, debe seguir mejores rumbos del camino. Aquí el contexto vuelve delirio lo que en otros casos significa ingenio o recurso retórico de meta-literatura transgresora, desde donde se inspira toda esta acción simbólica de la Chorcha Chillys Willys.

La simbólica, una vez M despierto y bien. Vale otro ejercicio de blog. Allí está ya el menú en nuestro Perfil. Muchos caminos posibles para la gente que surfea según la ola y no sabe ya nada de la línea recta y sus ilusiones geométricas. Quien viene más cerca en la conversación... esto sigue, ya, en EL TELÉFONO DESCOMPUESTO (RbkMnk und plus -- click aquí -- muestra que entendiste escribiendo un Comentario allá): humor privado en lo público de las blogs y charla suave con gente linda, en lo posible de los Comentarios.

Ganadas lecturas que van más allá del tema central, no nos hagamos bolas. Concluyamos el relato de un modo claro, nunca falta un Enrique Aguilar que lee de corrido y con trabajos. Porque dice que sólo entiende que no entiende por qué no entiende lo que entiende que dice por qué no entiende.

Entre el susto y el humor negro como respuesta. Aquí hay el diario de lo que M hizo por escrito como blog durante los momentos más álgidos de la Megademia.

Al despertar, para escribir justo esto, recordó, al fin un detalle... Una coincidencia surreal de alto valor significante...

A principio de año, en el mes de marzo, el restaurante The Fat Duck, en Berkshite, Inglaterra, considerado hoy día el número dos del mundo por la calidad de su cocina para el canon de Occidente, tuvo que cerrar sus puertas durante quince días. Sus comensales recientes se quejaban de vómito, diarrea y alta temperatura, considerando que ello era producto de algo que habrían comido muy probablemente allí. De inmediato, el chef Heston Blumenthal, estrella del uso de la ciencia química en la cocina contemporánea, tomó las medidas de salubridad que ello implicaba para su renombre. El resultado, según las declaraciones de la prensa: fue que todo lo causó un "norovirus". No era un efecto de sabotaje ni de envenenamiento por alimentos. Y colorín colorado, el restaurante regresó a la normalidad.

Esto es lo declarado a la prensa por el chef Blumenthal al reabrir su restaurante:

"I am delighted the Health Protection Agency and the local Environmental Health Office have given us the all clear to open the restaurant tomorrow (Thursday 12th). Whilst they are still awaiting outstanding test results we cannot comment further, but obviously we are overjoyed to be able to get back to business as normal."

No es que todo tenga que conectar... No es que el paraquat, el a/h1n1 y el norovirus galés de The Fat Duck tengan que conectar en un mismo árbol. Momento, que la cosa es calmada, ya que más bien es rizomática... Los virus en cualquier momento se pueden expresar como el gran problema de la humanidad por culpa del calentamiento global... La Parte Maldita... El sol alienta vida en exceso, vida que se pasa de viva...

Luego, norovirus es un virus generalmente desconocido que igual puede afectar la vías respiratorias que digestivas. Y los síntomas de este nuevo brote de influenza que reportamos reúnen los de una infección dentro del aparato respiratorio que dentro del digestivo de quienes la padecen. Vómitos y diarrea, flujo nasal e irritación de los ojos... Temperatura muy elevada.

Una mente esquizoide como la que hizo posible este espacio de discurso y existencia en que te encuentras, pega cosas rápido y se acelera peor. Con eso, tenemos lo alocado de la blog. Pero con eso mismo tenemos la exactitud en los informes. De todo. Igual lo más interno de la mente de un loquito que lo más lejano de la Megademia como cosa del planeta, todo está dentro de estos segmentos de escritura tipo blog. Audiovisuales y todo lo demás que ya no será nunca más el libro.

Desde ese momento, cuando todo pegó en nos encontramos dentro de una cuarentena sanitaria, toda la ciudad, y nadie lo quiere decir como es, ni el presi legítimo ni el inepto alcalde; la memoria de M, ahora lo cuenta, sintió el anuncio de que uno de esos problemas con virus del tipo que él tanto temía desde hace años, podía estallar en cualquier momento sobre el planeta.

Problemas con "virus", problemas por "virus", problemas de "virus". Y así hasta cierta inquietud constante, que fue lo que también le estalló en la mente cuando estalló el temor de que nos encontráramos ya dentro de una Megademia incontenible. Que es lo que no ha pasado. Ni siquiera con el problema del aire en esta ciudad de México. Lo que en ese momento no pensaba él ni nosotras ni mucha gente, es que eso estallara justo y de plano aquí merito, en la gran ciudad donde vivimos desde que nacimos quienes aquí "autorizamos" el reporte.

Tal novedad. Y sus pulmones de canarito. Lo pusieron en condición piantada, hasta cierto punto. De allí, detallitos como la deriva por las chelas. Todo, para informar en forma de diario tridipersonal lo que ocurria con nuestras mentes y cuerpos. Ya que no podíamos hacer más que reportar del modo que hacemos -- más cerca de lo privario y precario que de lo público y mediático.

Pero siempre como ciencias de la comunicación. Desde nuestra experiencia y perspectiva. Así se produjo todo lo que va ingresado en esta blog. Ahora el tiempo dirá que queda vigente, que se diluye en la nada. Lo reportado ya está aquí. Creemos que completo y bien hecho. Locura con plan ya no es tan locura, diría el Nietzsche de siempre.

No hay Dios que nos cuide. No hay ciencia que de verdad sepa. Todo depende de una especulación. La vida es breve, el arte largo -- y no hay quién lo entienda. Es.

Ya esta vez se hizo algo bueno, si no hay ocho mil muertes, este día, por culpa de la Megademia, que, tanto miedo y angustia, ya, hasta cierto punto, contuvo. Y no te rías, Cuchumbé. Viene y sigue lo mejor, lo dicen por todas partes. Cambiar de hábitos. Salir de nuestros usos y costumbres. Pensar y actuar con porvenir. Lavarse las manos, no escupir en la calle. No gargajear en público. No hacer hilitos de saliva idiota en el andén del Metro, and so forth.

Nos tenemos que cuidar a solas. Los puros seres humanos. Que somos, ay, tan egoístas e inhumanos. Pero no hay de otra, o como decía el gran Ota:

--Aquí no hay ni un tu tía.

No se agachen, tenochcas, miren hacia arriba. Vean el cielo.

Y si allí, de noche, ven la Serpiente de Coacalco, una como pirámide inteligente, hecha con purititas estrellas, recuerden a RbkMnk, nuestra amigocha.


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